sábado, 4 de octubre de 2008

FUNDAMENTALISMO CRÍTICO: «(274) ANGRY MEN»

Una vez calmadas las aguas que bajaban un tanto revueltas después de la tristemente célebre crónica de Carlos Boyero publicada en El País a principios de septiembre del año en curso, con motivo del Festival de Cine de Venecia, quizás sea el momento para hacer algunas consideraciones o valoraciones limitadas a mi propia visión sobre las cosas.
De entrada, partimos de la base que a toda valoración, manifestación o pensamiento se formula su contrario. Podemos aseverar que «todos los políticos son unos corruptos» que siempre se alzarán unas voces que expresen lo contrario; que la teoría de la evolución formulada por Darwin es irrefutable pero ahí están los «creacionistas» que negarán la mayor y así para cada una de las cosas que se planteen, teoricen y demás. Por consiguiente, nada extraña que un colectivo de personas ligadas, en mayor o menor medida, al mundo del cine rebatan una crónica firmada por Boyero que arremetía contra un cierto cine con márchamo intelectual hasta el punto que recomendaba que los distribuidores españoles se abstuvieran de comprarla. Bueno, si nos ponemos en la piel de este colectivo de talante progresista que se suele desayunar con El País, que se ha familiarizado con las páginas de Babelia y luce con un cierto aire de suficiencia en la parada del autobús o en el metro la cabecera de la «joya de la corona» del grupo Prisa, les sentará como una patada en el bajovientre que el crítico de las páginas con las que suelen iniciar la lectura del periódico de marras sea el ínclito Carlos Boyero. Porque éste es un «alma libre», como lo había sido en su día su tocayo Pumares —ahora arrinconado en el marasmo de internet con sus videoblogs en los que deja a las claras su deterioro mental, eso sí, con amagos de lucidez—, que no aceptan consignas de ningún tipo a la hora de emitir, digamos, sus juicios críticos (sic). Vaya por delante que alguien que se jacta de «no tener hijos, no haber escrito un libro o no haber plantado un árbol» se retrata a sí mismo, en una pose ante la vida que nada entre el nihilismo y la falta, para tratarse de un presunto estudioso del cine, de ambición personal/profesional que se traduce, a tenor de lo leído, en una sensación de «estar-perdiendo-el-tiempo-viendo-determinadas-películas». Él mismo cerraba su justificación del abandono de la sala de proyección del último film de Abbas Kiarostami, que «la vida es demasiado corta para perder el tiempo con estas cosas». Álvaro Arroba —un apellido que no podría ser más apropiado— ha sido el auténtico instigador de esta «cruzada» contra Carlos Boyero, que tan sólo le falta acudir a la imprenta donde se cocinaba la publicación Letras de cine para hacer un encargo sui generis: reproducir la cara grabada del crítico titular de El País con un pie de foto que rezara «Wanted / Se busca». De la imprenta pasaría a ser distribuido por los cines Renoir, Verdi, Truffaut y demás feudos donde el cine de «autor» es como un tothem al que se tiene que rendir pleitesía, como los que van a la Meca en época del Ramadán. Ya me imagino cómo sería recibida por cierto sector una película como la de Kiarostami si llega a estrenarse en salas comerciales de nuestro país: se trataría de un ejercicio de idolatría hacia un «mártir» fustigado por un crítico sin consignas a las que servir, en la que Arroba ejercería de «maestro de ceremonias» y ya tendría pasada a limpio una crítica-manifiesto que loaría las virtudes de un cine arriesgado como el que más. ¿Quién si no se atrevería a filmar exclusivamente las expresiones faciales de un público que asiste a la representación de un montaje teatral iraní? Piensen, por ejemplo, en una película como El último vals (1978) en la que ni de soslayo vemos cantar/actuar una pléyade de músicos mientras que Martin Scorsese se dedicara a poner el objetivo tan sólo en el público. Un auténtico tostón, dirán ustedes. Pues quítenle el sonido que emana de las cuerdas vocales y de los instrumentos que manejan Bob Dylan, Joni Mitchell, o de la formación The Band, entre otros muchos, y lo substituyan por un diálogo en árabe... Posiblemente, Boyero sea un pésimo crítico, incapaz de articular un discurso sin valerse de la descalificación, del exabrupto o del insulto sin más, consideraciones suficientes para que los responsables de El País se replantearan su continuidad; ya saben que substitutos no le faltarán... Pero otra cosa bien distinta es invitar a la «lapidación» de Boyero porque no comulge con ruedas de molino que tan sólo defienden los «talibanes» de la crítica abanderados por su líder espiritual Álvaro Arroba, aquellos que siguen asistiendo a las salas oscuras con el Burka puesto. Baste una de las conclusiones a las que ha llegado Arroba para saber de qué pie calza: «Yo creo que España es el único país en el que a cualquiera le dejan escribir sobre cine. Me parece que es tener muy poco respeto por este arte, que no ocurre en los demás. Nadie habla de música o de pintura sin tener ni idea. Así que en las nuevas revistas que hagamos hemos de evitar caer en los mismos errores. Esta situación es la que ha llevado no sólo a la crítica y a las salas de exhibición a la situación en la que estamos ahora, sino también a la misma realización de películas. A lo mejor suena un poco ombliguista, pero los críticos de cine tienen la culpa de todo lo que pasa en España. Sobre todo los críticos de cine de los grandes medios, los más leídos» (Extracto entrevista realizada por Alejandro G. Calvo en Miradas de Cine, Mayo 2006). Con este razonamiento, el crítico de origen bilbaíno ya había marcado la diana de los males que padece el cine actual. Ahora sólo faltaba lanzar el dardo donde luce el rostro poroso de Boyero. Con estos «iluminados» haciendo diagnósticos de este calibre vamos servidos. A Boyero le han perdido las formas —inexcusable, en cualquier caso— pero su fondo responde a una percepción o una valoración de las cosas tan respetable (o no) como la del más extremista de los doscientos y pico firmantes de la carta colectiva publicada en el rotativo madrileño, esto es, Álvaro Arroba. Y puestos a escoger, entre la visión un tanto pedreste del cine de Boyero y la de Arroba, prefiero la del primero. Casi no va con mi naturaleza asistir a la proyección de un film que se pueda pasar una persona contemplando un cuadro de Rembrandt o Toulouse-Lautrec durante hora y media. Pero siempre habrán «talibanes» que defiendan este canto al sopor y saquen conclusiones obtusas/crípticas sobre lo que ha querido decir el «autor/Dios». Ya saben: un su radicalismo está su fundamento, el mismo que exhiben o dejan entrever en forma de manifiesto al que muchos se han apuntado por razones que no van encaminadas en una única dirección y que persiguen intereses insondables, al menos, para los lectores de El País (por fortuna, bastante eclécticos) y otras publicaciones —digitales inclusive— que se han hecho eco de una polémica que vaticino servirá de muy poco.

14 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Y si todas las percepciones esas son respetables, ¿por qué si uno extrae alguna conclusión de la película de Kiarostami entonces es un talibán?

migblah dijo...

En fin, como siempre, el poder se siente ultrajado y los cobardes en lugar de unirse contra él atacan al débil.

Y lo peor es que la carta la dirigen 4 personalidades y usted elije al más débil de todos ellos. ¡Bravo! Desde luego, hace lo mismo que Boyero, atacar al débil, al que apenas tiene medios para defenderse.

Anónimo dijo...

No sé de donde has sacado esa información de que Alvaro Arroba ha sido el instigador de la carta, porque no ha sido así. Olvidas que Víctor Erice, Guerin y Marías son los otros tres firmantes y que de hecho ellos han sido los promotores. No es por disculpar a Alvaro (que no necesita ninguna ayuda ni disculpa, pues bastante valiente ha sido), pero en estos días todos se ceban con él como si Erice, Guerin o Marias hubiesen sido abducidos por Arroba y él tuviese la culpa de todo. Eso sí, nadie se atreve por ejemplo, a decir nada sobre Erice, el director español más importante de las últimas décadas en España, cuando tb defiende esos pestiños insufribles.

Anónimo dijo...

De todas formas como es bien sabido Víctor Erice, Miguel Marías y José Luis Guerin son tres peleles sin personalidad que se han dejado embaucar por el tal Arroba. O quizá a Cristina Aguilera y al tal Enrique Pérez (de "Miradas") lo que les molesta es no estar al frente de la manifestación con la pancarta. ¡Qué tristeza! ¿No serán ellos los que quieren ocupar el puesto de Boyero en EP? Qué mala es la ambición por díos, y el puñetero paro.

¡¡Que todo ésto no es arte conceptual!! ¡¡que da igual quien lo haga!! Simplemente era algo que alguien (cualquiera) tenía que hacer antes o después. De hecho llega algo tarde. Y justo es recordar que José Manuel López y Raúl S. Pedraz (por cierto, ¿y su firma?) abrieron el camino con idéntica generosidad hace dos años.

Anónimo dijo...

Por cierto, eso que dices de que casi ningún director de cine ha firmado... ¿tú has contado la lista? Veo entre 25 y 30 (aunque seguro que hay más que no conozco) entre las 279 firmas!

Anónimo dijo...

Vamos por partes:

Javier: que relacione la expresión "talibán" con un cineasta iraní es coger el rábano por los cuernos. Kiarostami es un señor muy respetable que hace cine y le gusta a algunos y a otros les deja indiferente. Lo de "talibán", huelga decirlo, tiene un sentido metafórico, que implica una defensa a ultranza de una percepción del cine basada en un radicalismo total a nivel narrativo.
Miguel: ¿Arroba no tiene medios para defenderse? Verás, le he enviado un email para que tuviera derecho a réplica si lo considera oportuno.
Anónimo: No tengo ningún problema en hablar de Víctor Erice, Guerín o Miguel Marías. Erice, que para un servidor es de los mejores directores del cine español, ha salido en defensa de su amigo Kiarostami, con quien le une una percepción del cine similar (ahí queda una exposición conjunta de su obra), cosa muy respetable. Además, Erice tuvo como coguionista de esa obra maestra llamada "El espíritu de la colmena", a Ángel Fernández Santos. Acostumbrado a leer a F. Santos y hacerlo desde el fallecimiento de éste a Boyero (ni punto de comparación a todos los niveles) también habrá contribuido a que el vizcaíno se siente molesto, cuando no indignado. Guerín y Marías entiendo que se han sumado al manifiesto movidos por ese mismo sentimiento.
Candela Pinto: No tengo ningún interés en substituir a nadie en "El País". Si me conocieras sabrías que no suelo ver más de una peli al día y, por tanto, para mí sería un suplicio ver tres-cuatro-cinco pelis al día en un festival o de los estrenos semanales. Tampoco soy crítico ni pretendo. Tengo bastante con dirigir un macroportal como www.cinearchivo.com y ocuparme de otros temas. Si lees mi post no niego que hayan directores que suscriban en manifiesto. Quim Casas en "El Periódico" hacía un titular del tema refiriéndose a la "crítica anda revuelta", pero tampoco negaba que hubiera directores detrás de este manifiesto.

Para todos vosotros: mi postura ha quedado muy clara, pero puntualizo que defiendo el estreno de todo tipo de películas en nuestro país. Chinas, rusas, tailandesas, japonesas, iraníes y me parece deplorable que un crítico (Boyero) recomiende a distribuidores que no compren determinados títulos.

migblah dijo...

Hombre, no es por menospreciar tu blog, pero compararlo con el alcance e impacto que tiene El País me parece un poco exagerado.

Si tan deplorable te pareciera Boyero, estarías escribiendo todos los días el daño que hace en la distribución y percepción del cine en nuestro país. Porque cada artículo de Boyero es un ataque sin escrúpulos al cine que se escapa de su (reducidísima) visión.

Sin embargo, no realizas ni una sóla mención durante todo el Festival de Venecia acerca del fundamentalismo crítico que practica Boyero día tras día. Pero, si los pequeños se levantan con una carta inofensiva (pues en El País se la han pasado por el forro), te lanzas a la yugular sin complejos. Y eso me da mucha pena.

Boyero es un "alma libre", Arroba un "instigador", un "talibán", un "iluminado".

En fin, que le doy la enhorabuena, porque sé de primera mano que mucha gente que no estábamos convencidos del todo con la carta a El País nos hayamos unido a ella tras haber leído su entrada.

Alfredo Garmendia dijo...

Acabo de leer la entrada y me quedo bastante asombrado por la serie de tópicos que van fluyendo dentro de ella y la ausencia total de equilibrio entre lo que llamas "talibanes" y lo que consideras "almas libres".

Ya comienzas hablando de colectivo de talante progresista "un cierto aire de suficiencia en la parada del autobús o en el metro la cabecera de la «joya de la corona» del grupo Prisa". Genial, una perfecta definición de un gran tópico que cada día se cae más por los suelos, pues no hay más que leer a dicha "joya" desde hace mucho tiempo.

No creo que ningún "progre" (te ha faltado decir la palabra en que todos piensan) presuma de dicho periódico. Es más, dudo muchísimo que Álvaro Arroba se lo compre porque, y como consecuencia de su "apropiado apellido", manejará internet con la suficiente habilidad como para no tener que comprar productos de esa empresa tan lucrativa para informarse bien. Estoy casi seguro de ello, pues una persona capaz de influir de forma tan contundente a personajes como Erice, Guerín y Marías (por poner solo a los integrantes de la cabecera)tiene que estar muy bien informado y no depender de una fuente tan parcial.

Claro que los tres citados han entrado en el juego de un casi desconocido por razones de amistad hacia Kiarostami o similar. ¿De veras crees lo que dices? ¿De verdad piensas que personalidades del mundo del cine como las que han firmado lo han hecho engañadas o por motivos tan simples?

¿No será más cierto que resulta más cómodo arremeter contra el menos conocido para evitar enfrentarte a los pesos pesados? No sería el primer caso en que esto ocurre y me parece lamentable que sea así. Aunque, por otro lado y si lo miramos bien, resulta que a quienes menosprecias hasta un punto casi insultante es a los otros tres, puesto que los consideras con tan poca personalidad como para ceder a una maniobra ideológica fundamentalista de un jovencito semi-desconocido. Yo me sentiría insultado.

Por otra parte la reacción talibán hacia un texto que ha sido distorsionado (pues en mi opinión no se trataba de Boyero, eso era una simple anécdota) ha sido promovida por los amigos de Boyero, como Oti, que no ha tenido ningún empacho en descalificar a todos los firmantes, entre los que me encuentro, de forma totalmente insultante (no casi) en su blog.

No veo que eso te importe, pues no es sino una defensa
(¿autodefensa?) contra una agresión ...¿no es así?, aunque se coja el rábano por las hojas y se aproveche para denigrar a quienes no opinan como él.

Te voy a dar la razón en una cosa, existió un error en el texto de la carta al dejar que la anécdota (Boyero) brillase sobre la base (la actitud conservadora y prepotente de una crítica "oficial" establecida), lo que permitió que se tomara interesadamente la parte por el todo para sacar el tema de contexto y evitar el debate real.

En fin, sigamos con el pim, pam, pum contra el débil. Lamentable.

Anónimo dijo...

El hecho de que hayas censurado la replica de Oscar Aibar te define muy bien. Un administrador de un foro libre no debe censurar nada, por mucho que no le guste.

Anónimo dijo...

Por partes una vez más:

Miguel: No me he comparado con nadie; simplemente he dicho que Álvaro Arroba tiene derecho a réplica, además de haberle enviado un email para que conociera de primera mano el texto.

Vogler: ¿te parece poco lo que digo de Carlos Boyero como crítico? Creo que ha quedado claro que me parece deplorable su comportamiento en el Festival de Venecia, su tendencia constante al insulto en sus escritos. Si lees mi blog, en cualquiera de los posts verás que no hay un solo insulto. Llamar a alguien "iluminado" o "talibán" entrecomillado y en un sentido alegórico no lo es.

Anónimo: Al hilo de esto, el insulto no es mi estilo y, por tanto,tengo la potestad para eliminar del blog aquellos comentarios que se expresan con actitud beligerante.

Para todos en general: en este mundo de la crítica, del que estoy completamente al margen, puedo hablar desde una independencia y expresando mi visión de las cosas. No estoy en ninguna trinchera ni pienso estarlo; mi visión, por así decirlo, es que El país ha tenido una aptitud muy equivocada si sigue manteniendo a Boyero (ni tan siquiera se como ha llegado hasta allí), que lo de la cobertura del Festival de Venecia de vergüenza ajena, máxime cuando invita a distribuidores a que no compren determinadas películas (¿quién es el para decidir sobre el futuro comercial de uno u otro título? Esa no es o debería ser su función). Pero de la misma forma que digo esto, los intereses de 274 no pueden ser las mismas a la hora de firmar un manifiesto que, además, surgió de una forma un tanto espontánea. En este manifiesto se han sumado personas que detestan literalmente a la crítica, salvo cuando hacen comentarios laudatorios sobre sus films. Entonces, igual se hacen amigos de los críticos. Al único director que he escuchado expresarse positivamente sobre la labor de los críticos es a Manoel de Oliveira, a los que considera de "especialistas". Como en toda profesión u ocupación habrá mejores o peores críticos. Y generalmente los que se encuentran en medios más modestos son los que se expresan con mayor libertad, cosa de agradecer. Creo que con estas palabras queda claro que no voy contra el más débil y cosas de este estilo.
Gracias por fomentar el debate y por la corrección que habéis mostrado cada uno de vosotros, aunque podamos discrepar.

Anónimo dijo...

Rectificación:

substituir acitutd por aptitud.

Anónimo dijo...

Pero bueno, hasta dos veces has repetido ya que tengo un espacio para la réplica ocultando el dato de que ya te contesté con un correo el mismo sábado por la tarde (que tú me respondiste con toda corrección pero hablando de otros temas por los que te interpelo y tirando balones fuera). ¿Qué interés tienes en hacerme pasar por un cobarde?

Y para más inri tampoco rectificas los datos falsos (por no decir mentiras) que publicas en tu texto después de que te las haya rectificado en mi correo.

Ay Manolete, si no sabes pa qué te metes.

Dicho esto... buenas noches, que tengo que ver Gran Hermano con mi señora esposa.yy

Anónimo dijo...

Christian

Álvaro Arroba: Aquí tienes el espacio para puntualizar lo que consideres oportuno y si no esas explicaciones vía email me las guardo para mí mismo. Que eres uno de los "instigadores" de ese manifiesto (y a mucha honra, dirás), no me cabe duda y si quieres que puntualice que eran tres más, lo hago.
Sacas conclusiones muy desafortunadas en el sentido de que si no respondes en este blog pasas por un cobarde ante los demás. Hay personas que "pasan" de responder y no por ello son vistos como unos cobardes.
A tu favor decir que en tu email, sin desvelar el contenido del mismo, te has expresado con corrección.