viernes, 31 de marzo de 2023

«JÓVENES HÉROES DE LA UNIÓN SOVIÉTICA» (2020) de Alex Halberstadt: RETRATOS DE FAMILIA

Fruto de una visión cada vez más abierta a explicar la realidad de un sinfín de rincones de nuestro planeta a través de la literatura y con ello ir soltando lastre de la etiqueta de «editorial anglófila» (aunque siguen publicando maravillosas obras provenientes de las Islas Británicas), en el primer trimestre de Impedimenta ha integrado en su excelente catálogo una pieza de incalculable valor historicista, más aún si cabe una vez cumplido un año de la invasión de la Federación Rusa en territorio ucraniano. Bien es cierto que a lo largo de estos meses hemos tenido la oportunidad de acceder al visionado de decenas de documentales que, en su conjunto, ofrecen varias claves para entender el porqué de esta pulsión imperialista maniobrada desde el Kremlin bajo el mandato de Vladimir Putin en pleno siglo XXI. En tiempos en que el valor de la imagen, en virtud del sentido de la inmediatez que demandan los sociedades (supuestamente) avanzadas, ha cobrado una importancia exponencial a través de la oferta de una multiplicidad de pantallas y/o terminales –léase televisión, ordenador, tablets y, en especial, móviles en relación a épocas pretéritas, la literatura sirve de «valor refugio» para la reflexión. Una reflexión que, en el caso de Jóvenes héroes de la Unión Soviética (título extraído de un eslogan empleado en la pasada centuria), su autor Alex Halberstadt (n. 1970), formula un relato en clave memorística que tiene un elemento añadido por lo que concierne a rendir cuentas con el pasado –de ahí su subtítulo, todo ello gestado en los años previos al estallido de la pandemia. Quizás pueda llamar a la suspicacia que un colaborador habitual, al fin y al cabo, del “New York Times Magazine” su “hermano mayor”, el “New York Times” destacara Jóvenes héroes de la Unión Soviética como una de las mejores obras literarias de 2020. Pero semejante distinción, lejos de obedecer a un trato de favor entre colegas de una misma empresa matriz, está plenamente justificada, siendo una prueba evidente de ello que un sello de la categoría de Impedimenta nos ha brindado la oportunidad de leer en la lengua de Dámaso Alonso un proverbial relato de la Historia de la (extinta) Unión Soviética contemporánea a través de una crónica familiar. Tirando del hilo de testimonios familiares y de antiguas amistades de éstos, Alex Halberstadt conoce, entre otras cuestiones, que uno de sus abuelos, trabajó para Josef Stalin en calidad de guardaespaldas. Consciente de la importancia que juega la imagen en plena era de internet, Halberstadt propuso acompañar su texto con una generosa colección de fotografías extraídas del álbum familiar, auténticos tesoros que permiten al autor, en contadas ocasiones, escarbar más allá de las imágenes, elucubrando incluso sobre el estado anímicos en el momento que fueron fotografiados algunos de sus ancestros. Con todo, si su autor no dejara patente su excelencia literaria, capaz de dominar distintos registros (ora de naturaleza periodístca, ora más decantado hacia lo poético), Jóvenes héroes de la Unión Soviética hubiese sido una obra más que levantara acta del proceso transformador de una nación tras el fin del largo periodo zarista, en que la nostalgia del pasado juega un papel relevante en los mecanismos adoctrinadores de regímenes autoritarios travestidos de «democracia singular». Puro eufemismo que emplean algunos de los Jóvenes héroes (sic) de la extinta Unión Soviética cuando se expresan a cámara en diversos documentales que he podido ver recientemente, en sintonía con la expresión «operación militar especial» utilizada por Vladimir Vladimirovich Putin, al que cita dos veces en su libro Alex Halberstadt. A buen seguro, el autor de origen ruso nacionalizado estadounidense se hubiese explayado más en la persona del actual máximo mandatario de la Federación Rusa si el libro hubiese concluido su fase de redacción con la invasión de Ucrania (de donde eran oriundos algunos de sus familiares) en marcha. Pero precisamente porque Halberstadt alumbró su libro años antes de esta invasión, más que oportunista Jóvenes héroes de la Unión Soviética podemos tildarlo de oportuno, con un desarrollo narrativo hasta alcanzar la primera mitad sencillamente prodigioso antes de abonarse a una deriva por los (oscuros) rincones de un pasado que tiene uno de sus principales anclajes emocionales en la relación con su padre, Viacheslav Chernopisky, todo un personaje que en sus años de juventud era conocido en los ambientes bohemios de Moscú por su capacidad de suministrar mercancía proveniente de los Estados Unidos, sobre todo libros, discos y demás productos de la cultura americana. Allí sería donde su hijo Alex(ander) recalaría para, entre otras consideraciones, ofrecer una obra que merece ser (re)leída al calor de unos acontecimientos históricos que encierran no pocos interrogantes de compleja resolución, empezando por esos impulsos que se transmiten de generación en generación entre la especie humana, en consonancia con los estudios científicos extraídos del Reino Animal que sirvieron para encender la mecha creativa en el fuero interno de Alex Halberstadt, tal como detalla en prólogo titulado «Los olvidados»


lunes, 6 de marzo de 2023

«EL FONDO DEL PUERTO» (1944-1959) de JOSEPH MITCHELL: HISTORIAS DE NUEVA YORK DE UNA «INSTITUCIÓN» DEL PERIODISMO

 

En el año 2000 el sello Anagrama publicó El secreto de Joe Gould dentro de su colección «Panorama de narrativas» para posteriormente volver a publicarlo en otra colección de la editorial barcelonesa, «Otra vuelta de tuerca». En el amanecer del nuevo milenio muchos lectores hispanohablantes repararon por primera vez en el nombre de su autor, Joseph Mitchell (1908-1996), dado que su carrera profesional había quedado ligada al periodismo de la costa Este de los Estados Unidos, siendo una de las voces más influyentes del The New Yorker, cuna de numerosos escritores que velaron sus primeras armas en la prestigiosa publicación con sede en la «Ciudad de los Rascacielos». Aunque nacido en North Caroline, Joseph Quincy Mitchell se trasladó a vivir a Nueva York a los veinte años, haciendo fortuna en el espacio del periodismo donde, al cabo, sería saludado conforme a un maestro de periodistas con veleidades de escritores de novelas, relatos o cuentos. Casi un cuarto de siglo después de aquella publicación que vino acompañada del eco del estreno de su adaptación cinematográfica homónima –cuya puesta de largo en salas comerciales de nuestro país sufrió un retraso de tres años con el atentado a las Torres Gemelas de por medio— con dirección, producción e interpretación a cargo de Stanley Tucci, Anagrama nos ofrece en idéntica colección una recopilación de «Perfiles» escritos por Mitchell bajo el genérico El fondo del puerto, precisamente el título de una de las seis piezas que conforman una obra reveladora del talento narrativo de su autor. Un sexteto de relatos —«En el viejo hotel», «En el fondo del puerto», «Treinta y dos ratas de Casablanca», «La tumba del señor Hunter», «Patrón de arrastre», «Los ribereños»— que levantan acta de la calidad de unos textos habitados de una prosa cuidada, nada embarrada con figuras retóricas y curtida en su prospección por un realismo que tuvo en el puerto de Nueva York uno de los lugares que Mitchell frecuentaba con mayor asiduidad de la Megalópolis neoyorquina. El suyo, pues, no es un lenguaje impostado sino que nace del conocimiento (y aprecio) por la gente que operaba en la zona portuaria de Nueva York en un periodo de una quincena de años, los que recorren desde 1944 hasta 1959. La inmigración, la soledad, el compañerismo, el choque cultural, el racismo… forman parte de las temáticas que subyacen en los textos de Joseph Mitchell, abanderado de los reportajes periodísticos en la costa Este escritos con precisión y detallismo que, gracias al sello Anagrama podemos degustar en El secreto de Joe Gould y El fondo del puerto, sendas obras indispensables para entender el valor de Joseph Mitchell en el contexto de la realidad de Nueva York en el segundo tercio del siglo XX, entre cuyos lectores de la pasada centuria figurarían Paul Auster, Norman Mailer o Robert Penn Warren, algunos de los cuales figuras señeras dentro de una colección, la de «Panorama de narrativas» que en la primavera de 2023 alcanza los mil cien títulos. El de Joseph Mitchell que nos acerca a esta impresionante cifra hubiese podido ser titulada Panorama desde el puente… con permiso de Arthur Hiller, otro de los escritores que tuvo en sus oraciones al cronista nacido en la dulce Carolina del Norte pero con domicilio en Nueva York desde el día siguiente al fatídico martes negro de 1929 que situó a los Estados Unidos en el frontispicio de una crisis económica sin precedentes en su Historia. Rescoldos de la misma quedan patentes al correr de las páginas de este soberbio El fondo del puerto