En los tiempos que Neil Young barruntaba lo que sería su siguiente LP —o doble, según confesaría a su padre, Scott Young— tras el éxito de crítica y de ventas de After the Gold Rush (1970), se estrenaba en salas comerciales Carretera asfaltada en dos direcciones (1971, Monte Hellman), de la que sigo guardando un recuerdo indeleble en su ya lejano pase televisivo. Uno de los protagonistas de esta cult movie, el gran cantante James Taylor, se subiría al furgón de cola de Harvest (1972) al participar a dúo con Linda Ronstadt en los coros que se escuchan en dos de sus piezas. Una obra magistral que Young alumbraría en una etapa especialmente conflictiva de su vida. Two Lane a Blacktop o su traducción al castellano más plausible —«Carretera asfaltada en dos direcciones»— hubiera sido, entiendo, un buen título alternativo a Fork in the Road (2009), el último trabajo discográfico del canadiense que nos sirve para calentar motores antes de su aterrizaje —esperemos que no sea Land in Water...— en Barcelona y Donosti a finales de mayo, a modo de punto de partida de una gira que le llevará por distintos países del viejo continente. Pero ese recorrido lo hará en avión con su troupe (incluido su esposa Pegi Young y Ben Keith, desdoblándose más que nunca para este veterano que inició su andadura con Young precisamente en Harvest), a diferencia del que propone en este Fork in the Road, que transita por carreteras secundarias del sur y de la parte central de los Estados Unidos, en su afán por reivindicar su pasión por los automóviles viejos y, de paso, soltar lastre en torno a la problemática que vive el sector de la automoción (con mensaje ecologista al canto: los motores atenúan su rugido merced al biocombustible) y perseverar en su mensaje anti Administración Bush Jr. que le costó la pérdida de más de un fan de su etapa gloriosa de los setenta con la publicación de Living in the War (2006) y un documental sobre la gira de éste, CSNY déjà vu (2008). Es un viaje sobre el asfalto que no tiene parada ni tan siquiera cuando el sol se pone en el horizonte, dejando que un tema como el magnífico Light a Candle alumbre un camino que, a efectos musicales, se plantea en dos direcciones: un rock áspero, vibrante, primo hermano de Road Rock: Friends & Relatives (2000) pero con marchas más cortas (Johnny Magic, Fork in the Road); y otras tantas canciones adonardas con notas de blues y country (Get Behind the Wheel) que nos retrotraen al sonido de los tiempos en los que una canción «sí podía cambiar el mundo». Neil Young enmienda la plana a aquellos flower power impregnados de ingenuidad con una canción que aspira a escalar posiciones en el top 100 del ex Buffalo Springfield: Just Singing a Song. Para mi gusto, se trata de la pieza más destacada de un CD que languidece frente a buena parte de los trabajos discográficos de Mr. Young, pero que deja una vez más a las claras que estamos ante un músico «poliédrico», incapaz de tirar millas con el mismo catálogo bajo el brazo, actuando con un camuflaje de modernidad a golpe de semirap (Cough Up the Bucks) pero que, al final del trayecto nos ha permitido probar un bocado de un plato cocinado con un cierto sentido de la urgencia. Pero un bocado de la música de Neil Young equivale, a efectos de los tiempos que corren en la esfera del rock, a un manjar que esperemos degustar con toda su intensidad el 30 de mayo. Una fecha marcada en rojo para los que cuando miramos al cielo contemplamos la figura de un cantante de aspecto desgarbado, agarrándose a la guitarra como si le fuera la vida. No desfallezcas, Neil. El camino aún es largo y no vemos la señal del final. Esta seguirá siendo nuestra dicha.
2 comentarios:
Estoy deseando leer tu libro sobre Neil Young. Podías regalarnos un breve fragmento del mismo, algún pasaje destacado.
De todos modos es un libro por el q siento interés y no tardaré en tener en mi poder. Cuando se preveé su lanzamiento?.
Un saludo, Cristian
Hola Kasker:
El libro está previsto que salga en la primera quincena de septiembre. Lógicamente informaré en el blog en las fechas previas a su aparición. Reviso varias veces los textos antes de darlos por buenos. Alguien dijo que escribir es como planchar; estás continuamente "repasando" sobre la "ropa" que, en este caso es la letra impresa o que aparece sobre un fondo blanco. Así que será mejor esperar a que todo esté listo para la fecha que señalo. Adelanto que hay cosas que me han sorprendido de la obra de Neil Young y no será un libro que se centre en repetir "lugares comunes". La verdad que estoy disfrutando con el mismo porque su obra es de una dimensión descomunal.
Gracias Kasker.
un saludo,
Christian
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