En el curso de una entrevista que realicé a Jean-Jacques Annaud (un personaje en sí mismo) recuerdo la anécdota que relató cuando propuso a Anthony Burgess (La naranja mecánica) hacer el guión de En busca del fuego (1981)... El escritor británico le contestó que si estaba loco, aquel periodo de la historia que quería recrear, el Hombre de Cro-Magnon —del que desciende el Homo sapiens— y su primo hermano el Homo neanderthalis no tenían un lenguaje oral codificado. El cineasta francés le contestó que daba igual, que se inventara uno... Políglota él, Burgess se las ingenió para, a través de la documentación que recabó, repercutir una suerte de lenguaje sobre la base de gruñidos, inflexiones de voz que, al parecer, su emisión provocaba reacciones distintas. A partir de haber visionado por primera vez ese cruce de documental y film de ficción, siempre me ha intrigado el porqué los Neanderthales se extinguieron mientras el Homo sapiens acabaría siendo la especie dominante en el planeta tierra. Después de escuchar y leer toda clase de teorías sobre el asunto, viendo un documental por televisión encajé las piezas de un alud de información que apuntaba en distintas direcciones pero sin concretar lo que, en apariencia, parecía un estudio absolutamente finiquitado. Veamos. El documental de marras —lamento no aportar algún dato de su producción, pero como suele suceder con este género es casi imposible verlo en horario de sobremesa sin perderse los créditos iniciales (los finales ya se encarga la publicidad de barrerlos)— relata el flujo migratorio de los Neanderthales desde lo que hoy se conoce como continente africano hasta Europa. Allí convivieron durante decenas de miles de años con el Hombre de Cro-Magnon, ancestro del Homo sapiens. La mayor corpulencia de los primeros podría haber favorecido su supervivencia, pero el problema de los Neanderthales residía en una morfología que les imposibilitaba desarrollar unos códigos de lenguaje para poder comunicarse con sus semejantes; el recorrido que precisan las cuerdas vocales para articular una gama de sonidos lo suficientemente variada para establecer un lenguaje oral era demasiado corto. Por tanto, el recorrido de las ondas a través de la laringe tan sólo posibilitaba que emitieran sonidos guturales. Azotados por una era glacial que duró una eternidad, los Homo sapiens tomaron ventaja estableciendo un primitivo lenguaje pero suficiente para organizar estrategias de caza. En algunas comunidades tribales de África siguen un similar modus operandi; antes y después de la caza se ponen a hablar, discutiendo sobre cómo ha ido la jornada. Los niños de la tribu, todos ellos varones, se sitúan al lado de los cazadores adultos con la voluntad de aprender. De esta forma se perpetúa la supervivencia de éstas. Seres recolectores por excelencia, al Homo sapiens le salvó de una extinción segura de la tierra —siguiendo la misma dirección de los Neanderthales— su capacidad de articular un lenguaje, por nimio que fuera.
La gran paradoja es que, unos veinticinco mil años más tarde (el tiempo que se calcula se extingueron los Homo neanderthalis), la incapacidad de dialogar, la privación de establecer un lenguaje común para toda la humanidad en el sentido de no romper el ciclo vital a costa del fanatismo religioso, del odio a lo diferente, o en aras a una intolerancia que va acompañada de (ultra)violencia, nos puede dejar a los pies de los caballos a unos siglos vista. Una minucia si se compara con los miles de años que aquellos seres filogenéticamente muy cercanos al Homo sapiens poblaron el planeta tierra. Pero quizá sea porqué, en realidad, el hombre de Neanderthal no se extinguió del todo; viendo a esos integristas islámicos empleados en el arte de la aniquilación del prójimo, o de seres defensores de la patria vasca que son expulsados de sus madrigueras al tiempo que «emiten» unos sonidos guturales mientras cubren sus rostros tengo la presunción que la hipótesis de la existencia del Hombre de Neanderthal mezclados en distintas sociedades del orbe mundial cada vez cobra más fuerza. Se dice que, de haber existido, los Neanderthales serían pelirrojos. Pero como los tintes están a la orden del día, ese trazo físico no tendría mayor dificultad para encubrir una apariencia. Así pues, acierto a pensar que es su incapacidad para razonar a través del lenguaje el factor que los delata y que los acerca sospechosamente a aquellos moradores de la tierra durante el Pleistoceno y el Paleolítico.
La gran paradoja es que, unos veinticinco mil años más tarde (el tiempo que se calcula se extingueron los Homo neanderthalis), la incapacidad de dialogar, la privación de establecer un lenguaje común para toda la humanidad en el sentido de no romper el ciclo vital a costa del fanatismo religioso, del odio a lo diferente, o en aras a una intolerancia que va acompañada de (ultra)violencia, nos puede dejar a los pies de los caballos a unos siglos vista. Una minucia si se compara con los miles de años que aquellos seres filogenéticamente muy cercanos al Homo sapiens poblaron el planeta tierra. Pero quizá sea porqué, en realidad, el hombre de Neanderthal no se extinguió del todo; viendo a esos integristas islámicos empleados en el arte de la aniquilación del prójimo, o de seres defensores de la patria vasca que son expulsados de sus madrigueras al tiempo que «emiten» unos sonidos guturales mientras cubren sus rostros tengo la presunción que la hipótesis de la existencia del Hombre de Neanderthal mezclados en distintas sociedades del orbe mundial cada vez cobra más fuerza. Se dice que, de haber existido, los Neanderthales serían pelirrojos. Pero como los tintes están a la orden del día, ese trazo físico no tendría mayor dificultad para encubrir una apariencia. Así pues, acierto a pensar que es su incapacidad para razonar a través del lenguaje el factor que los delata y que los acerca sospechosamente a aquellos moradores de la tierra durante el Pleistoceno y el Paleolítico.
3 comentarios:
Hola de nuevo Christian. Una vez más, estoy de acuerdo contigo. Efectivamente, un lenguaje o pocos lenguajes universales, es síntoma de civilización. Lo demás, es seguir en aquello de Villaconejos de arriba contra villaconejos de abajo.
Y por descontado, existen demasiados seres pseudohumanos, que abusan de la "comunicación" gutural y no sólo eso, sino que lo gutural, ese grito "pelao", abarca la mayoría o totalidad de sus pensamientos y acciones.
El bestialismo y el dominio del corte cerebral reptiliano, hace que el concepto del hombre que se tenía en el mundo clásico y renacentista, sea hoy tan sólo una quimera.
Sí, soy un poco pesimista.
Saludos.
Ramón.
Hola, que sabes del esqueleto de niño hallado en portugal con caracteristicas de Homo sapiens y de Neanderthal?
Hola Yanapuma:
Todo lo que puedo decirte se refiere al descubrimiento del fósil de un ser de cuatro años conocido como "el niño de Lapedo" debido a que se encontró en el yacimiento de Lagar Velho, en el centro de Portugal. Esto ocurrió hace diez años pero aún no se sabe con certeza si se trataba de un híbrido de "Homo sapiens" y Neanderthal. Un especialista en Neanderthales como Erik Trinkaus sostiene, como otros científicos, que era el fósil correspondiente a un híbrido. Hubo una cierta polémica en su momento pero hasta donde conozco en Lagar Velho y en otros yacimientos de Europa desde 1999 hasta la fecha no se han encontrado o, al menos, no se ha filtrado, la existencia de híbridos de esta naturaleza. Dado que los Neanderthales y los Homo sapiens son filogenéticamente muy similares, se podría interpretar que la hibridación era una posibilidad, pero todo ello se clarificaría si partiéramos de material genético de homínidos y de Neanderthales de hace 25.000 años, que se corresponden con la fecha aprox. de "El niño de Lapedo". Tan sólo se llegarían a conclusiones erróneas tomar muestras de ADN de ese fósil (por muy bien conservado que estuviera) y compararlo con el de un "Homo sapiens" de la actualidad. Las mutaciones genéticas han acabado repercutiendo sobre la configuración del genoma humano a lo largo de decenas de miles de años y, por tanto, podría ser que existieran individuos o colonias humanas con "marcas" genéticas que, en hipótesis, se corresponderían con híbridos de Neanderthales. Es un tema apasionante, sin duda.
Un saludo y pásate por "El mundo de Haldane" cuando quieres, Yanapuma.
Christian
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