Tradición obliga, en el periodo
(pre)navideño aparece en el mercado editorial bajo el paraguas del sello
Impedimenta una antología que recopila una serie de relatos cortos con el
denominador común de una determinada temática, por lo general, escorada hacia
el lado oscuro de la existencia humana… y planetaria. En esta ocasión toca el
turno a una antología compuesta por dieciocho cuentos bajo el genérico Gótico
botánico: cuentos de un verdor perverso, en que tienen cabida autores versados en la fantaciencia como M.
R. James, David H. Keller, Roald Dahl, H. P. Lovecraft y el extraordinariamente prolífico Auguste Derleth con
otros tantos que a lo largo de sus respectivas trayectorias profesionales
apenas abordaron la ciencia-ficción y/o el terror, o lo hicieron de manera tangencial, como Nathaniel Hawthorne,
Richard Compton, Eudora Welty o Zenna Henderson. De ahí radica, en buena parte, el atractivo de
esta antología, una mezcolanza de autores y estilos que ofrecen como resultado
de la ecuación una estimulante lectura en la que, a grandes rasgos, la
Naturaleza se revela contra la especie dominante del planeta Tierra, el Homo
sapiens, enfrentado a una amenaza que no parece obedecer a un razonamiento
científico dictado desde la lógica. Las publicaciones originales de semejantes textos
—en una considerable proporción en revistas de sci-fi del prestigio de Amazing
Stories o Weird Tales— se concentraron sobre todo en la denominada «Edad
de Oro» de un género literario que, en el ecuador de aquella década prodigiosa —la
de los años cincuenta— alumbró El día de los trífidos (1955) del
británico John Wyndham. En torno a esta pieza literaria cuelgan —a modo
de influencia— multitud de textos, algunos de los cuales se encuentran
integrados en Gótico botánico. De igual modo, Wyndham pudo dejarse
seducir por el contenido de La guerra de la hiedra de David H. Keller
(1880-1966), quien con tan solo una treintena de páginas desarrolla una
historia que invita a pensar de que se trata de un diáfano precedente de The
Day of the Triffids. A diferencia del texto de Wyndham, La guerra de la
hiedra no obtuvo el crédito suficiente en el campo del audiovisual —el
registro de adaptaciones a la pequeña y la gran pantalla quedaría en blanco—
para que llegara a popularizarse. Por ello, la presente edición representa una
extraordinaria oportunidad para calibrar el alcance del relato corto de Keller,
trufado de analogía con el clásico obra de Wyndham y, por ende, anticipándose a
varios de los preceptos narrativos que guiarían al género de la ciencia-ficción
o del fantaterror cuando la Naturaleza se rebela frente a los efectos
devastadores que causa en la misma la mano del Homo sapiens.
En el cómputo global, la lectura de Gótico
botánico nos ofrece una perspectiva sobre ese «mundo oculto» presidido por una
infinita gama de verde —que acaba alineándose con otros factores arraigados
en la Naturaleza —terremotos, tormentas, tsunamis, ciclones, etc.—
capaces de provocar un desequilibrio en la faz de la Tierra que ponga contra
las cuerdas (parcialmente) la existencia del ser humano o, cuanto menos,
quebrar la paz de una comunidad —léase un núcleo rural o urbano— de terrícolas.
Cápsulas literarias en formato de cuentos —entre una decena y una
treintena de páginas de extensión— que preservan en ámbar la esencia de
un modelo de escritura nacida fruto de la combinación de una fértil imaginación
y una (superlativa) capacidad de observación de un entorno natural que crea sus
propias resistencias.
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