sábado, 9 de octubre de 2021

«LOS ANILLOS DE SATURNO» (1995) de W. G. Sebald: UN VIAJE A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS

 

Mientras conocía la noticia en el día de ayer que Abdulrazak Gurnah (n. 1948) había sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura me enfrentaba a la lectura de la últimas páginas de Los anillos de Saturno (1995), un título que merced a una asociación de ideas instantánea podríamos tener la tentación de colocar en las estanterías reservadas a la ciencia-ficción y a la fantaciencia, con un autor “identificado” con las iniciales de sus nombres de pila, algo nada infrecuente dentro de la infinita lista de escritores que han frecuentado este género literario. De hecho, W(infried) G(eorge) Sebald (1944-2001), el autor de la novela cuyo título deviene susceptible de prestarse a equívocos cara a una eventual clasificación, hubiese podido ser uno de los escritores adscritos a la geografía británica que precedieran a Gumah en la obtención de la máxima distinción cuanto menos, a efectos de repercusión mundial, pero su temprano fallecimiento a los cincuenta y siete años— truncó una carrera literaria y poética iniciada (tardíamente) a los cuarenta y cuatro años con su pieza bautismal Del Natural (1988). Al igual que Abdulrazak Gurnah, Sebald, en su condición de “exiliado voluntario”, practicó la docencia en la universidad inglesa. No obstante, a diferencia del escritor de origen tanzano, Sebald, residente en Inglaterra desde 1965 un año especialmente "explosivo" a nivel cultural y social— nunca abandonó su costumbre de escribir sus novelas y poemarios en su lengua materna, el alemán. Una postura que muestra hasta qué punto Sebald quiso cincelar una obra que preservara el matiz exacto de una prosa elaborada hasta la extenuación y con ello “sacrificara” presumiblemente una mayor proyección a nivel internacional vehiculada a través de su lengua de “adopción” y con la que se solía corregir en los ambientes universitarios donde impartía clases. En estos círculos intelectuales Sebald era reconocido como un escritor de una enorme talla, cuya progresión, lejos de detenerse, cobraba un nuevo impulso con la publicación de Austerlitz (2001), a juzgar por buena parte los coineusseurs de su obra su trabajo más redondo, en que vuelve a “invocar” al pasado a la hora de trazar un viaje que transita por un mar de sensaciones, algunas presididas por un sentimiento de melancolía sin menoscabo a preservar una orientación “memorística” sobre la historia de los antepasados del continente europeo. Intuyo que para aquella comunidad de profesores y estudiantes de la Universidad de Suffolk donde Sebald seguía impartiendo clases la noticia de su accidente de tráfico –al parecer, producto de un choque frontal con un camión--, del que salió ilesa su hija que le acompañaba, supuso un duro golpe desde el plano anímico. Una vez más, la noticia de una muerte mal que nos pese—sirvió de pórtico de entrada para que numerosas editoriales (con domicilios fiscales situadas más allá de los dominios de Gran Bretaña) mostraran interés en publicar las novelas de Sebald a título póstumo. Al dictado de esa “ley no escrita”, la muerte de un escritor parece avivar “el fuego del descubrimiento” entre buena parte de los editores, despertando una atención que seguramente en vida de Sebald hubiese tenido un valor, al menos, relativo. De tal suerte, el sello barcelonés Anagrama publicó en 2004 el poemario Del natural, en que aborda el tema de la supervivencia a través de las vicisitudes por las que pasan tres hombres. En plena “ofensiva” de Anagrama por dar a conocer la obra de Sebald entre los lectores salió al marcado Los anillos de Saturno dentro de la colección Panorama de Narrativas en noviembre de 2008. Más de una docena de años después, el contenido del texto de Sebald tiene acomodo dentro de la colección Compactos, igualmente con traducción a cargo de Carmen Gómez García, quien en su momento se había encontrado ante la disyuntiva de traducir las partes que el autor había escrito en inglés. Párrafos en su lengua “de adopción” que funcionan a modo de ráfagas, salpicando las mismas un texto escrito originalmente en alemán. Para alguien no familiarizado con la lengua de Milton la decisión de dejar sin traducción estas partes (mínimas, cabe decir, para un total de más de trescientas páginas) se me antoja discutible, pero no debería empañar la profunda sensación de asistir a un ejercicio literario sobre el que cuelga el peso de la historia que cruza continentes, viaja a través de tiempos remotos y más cercanos los propios de un siglo XX marcado a fuego por sus dos guerras mundiales, la última la que vio nacer al propio escritor— y del que aporta testimonio gráfico la presente edición. Un adorno visual que nada a favor del sentido historicista-memorístico de una novela acomodada con un impresionante dominio de la prosa no exento de giros poéticos que requiere de un alto grado de concentración por parte del lector a la hora de emprender un viaje a través de los tiempos en que lo biográfico y lo autobiográfico parecen ir de la mano. No cabe duda que esta primera toma de contacto con la obra de Sebald me lleva a anotar un título Austerlitz— en mi particular agenda de cara a futuras lecturas. Con toda probabilidad Austerlitz hubiese sido la llave maestra que abriría las puertas a su autor para la concesión de un Nobel de Literatura, siendo de esta forma un precedente de “británico asimilado” y de amplio recorrido en el campo de la docencia en la universidad al que referirse cuando estos días se está haciendo una semblanza de Abdulrazak Gurnah.         

 

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