miércoles, 24 de agosto de 2011

PEPE & MOURINHO O LA DERIVA BLANCA: ESTAMPAS DEL FÚTBOL ESPAÑOL (II)

Al hilo del conflicto generado entre la LFP (Liga de Fútbol Profesional) y la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles), que ha llevado a la suspensión de la primera jornada de la Liga para la temporada 2011-12 con visos a prolongarse una jornada más, se han alzado no pocas voces que señalan que el fútbol español vive su particular matrix. Una realidad que parece ajena a lo que ocurre a pie de calle, en que algunos futbolistas y entrenadores de pedigrí hacen méritos para, si aciertan mínimamente en el capítulo de las inversiones, presentar avales para ingresar en el Club Forbes. A través de ese sueño reparador que supone el dinero, algunos futbolistas de alto standing no tan sólo pierden la perspectiva que sus sueldos millonarios están en franca desproporción a la realidad de un país que se desangra por la base, sino que han llegado a aparcar el buen juicio en virtud de una defensa a ultranza de una deriva sin rumbo maquinada por un individuo, José Mourinho, que el pasado día 18 de agosto (en horario de madrugada) dio la medida de su catadura moral. Ese mismo fútbol español que se ha «bunkerizado» y que, a día de hoy, no ha dejado filtrar un solo caso de homesexualidad entre su colectivo (entre más de trescientos futbolistas y todo lo que llevamos acumulado de anteriores ligas), se replegará sobre sí mismo para tratar de encubrir una realidad que ya no tiene vuelta de hoja. Entre sus filas se localizan, al menos, dos personas que se retroalimentan entre sí, y que se distinguen por sufrir alteraciones mentales que les conducen a comportamientos imprevisibles, algunos de los cuales, puede suponer riesgo para la integridad física de otras personas. Ha bastado algo más de una temporada para certificar que Mourinho es una persona enferma, a la que su Presidente, Don Florentino Pérez, da carta blanca para lo que le venga en gana. Después de hacer bandera contra la hipocresía en las ruedas de prensa, el entrenador portugués se exhibía ante las cámaras de todo el mundo con motivo de la Supercopa de España 2011 en el Nou Camp en uno de los actos más ruines, viles y vergonzosos que pueda ofrecer un profesional que, para más inri, cobra diez millones de euros por temporada libre de impuestos. Esas embestidas verbales con las que se había ensañado no hace demasiado tiempo en relación a Manolo Preciado y Manuel Pellegrini, del Real Sporting de Gijón y del Málaga CF respectivamente, traspasan una vez más la línea para situarnos en la agresión física hacia un colega de profesión, Tito Vilanova el segundo de abordo de Josep Guardiola, al que desprecia en la rueda de prensa al ignorar cómo se llama en realidad. Entretanto, el César Florentino Pérez calla y otorga, en un ejemplo más que durante su mandato esa cancioncilla en torno al señorío del Real Madrid va perdiéndose a cada mes vencido. Tal para cuál. El fin justifica los medios, debe razonar Florentino Pérez, dejando que Mourinho campe a sus anchas con esa soberbia que le caracteriza, que va engulléndose en una espiral de torpes disculpas, de complots arbitrales y una defensa a ultranza de sus jugadores que definitivamente se volverá en su contra. Y lo hará el día que a Kleper Laveran Lima, álias Pepe, se le vuelvan a cruzar los cables y retire a un futbolista de por vida. Entonces todo serán lamentaciones, pero muchos ya advertíamos que a las fieras no se les pueden dejar sueltas en un campo de fútbol. Un informe médico ya hace tiempo hubiera aconsejado que Pepe, después del atentado perpetrado contra el jugador del Getafe para evitar una ocasión de gol, le hubiera aconsejado un eterno descanso en un resort de El Algarve. Ya lo ha dicho el defensa blaugrana Gerard Piqué: «Mourinho se está cargando al fútbol español». Bajo su «protectorado» opera ese especialista del fútbol cavernario llamado Pepe, al que como medida cautelar cabría retirar su licencia para la práctica del balompié. Con todo, el fútbol español no admite que entre sus filas puedan haber personas que padecen un desequilibrio mental considerable. Pero los hay, como en la vida misma. Suele vestir de blanco en el terreno de juego con el dorsal 3 a la espalda y en los banquillos se le conoce por esas actitudes indulgentes, una mirada de desprecio y con el dedo apuntando al enemigo. No me mueve la pasión por los colores, sino el pesar por contemplar que el fútbol español requiere asistencia no tan sólo en el Ministerio de Economía sino en el Ministerio de Sanidad... mental. Mientras el César no se baje del burro, las cosas seguirán igual para ese Real Madrid que tuvo a gala, en un pasado no demasiado lejano, contar con auténticos caballeros en el banquillo como Jupp Heynckes, Radomir Antic, Vicente del Bosque o el citado Pellegrini. A diferencia de lo que ocurre en nuestra sociedad a nivel económico, el Madrid se descompone por la parte alta de la pirámide con ese cuerpo de pelotas triste papel el de Aitor Karanka, el segundo entrenador de la plantilla merengue— bailándole el agua a ese impresentable llamado Mourinho, que un 18 de agosto de 2011 cavó su propia tumba a efectos de la plana mayor de aficionados al fútbol que llevan a gala la idea que el deporte debe ennoblecer a las personas. Con su acto, cobarde y traicionero, y más aún con su voluntad por negar la realidad sin ni tan siquiera apelar a la disculpa a la persona agredida, Mourinho quedó retratado como un individuo desprovisto de la cordura necesaria para dirigir un banquillo de una entidad de la solera del Real Madrid. El día y la noche en relación a Josep Guardiola, por el que profeso una enorme admiración más allá de sus triunfos futbolísticos.

5 comentarios:

Jordi Marí dijo...

Suscribo todo cuanto dices. Y comparto en el facebook tan estupendo texto.
(Un abrazo).

Jesús Rocosa Vilà dijo...

En el reparto de responsabilidades habrá que bajar algunos peldaños a partir de esta noche cuando el Santiago Bernabeu vitoree en pleno al susodicho personaje. Florentino no le para los pies, pero toda una afición le rie las "grácias". Sólo nos queda ignorarlos... y rezar para que no nos hagan daño. Daño físico, que en el ámbito futbolístico i/o humano ya está demostrado que sombra no le harán a la gente de buena voluntad.

Ramonet dijo...

Bastante de acuerdo, Christian. Este individuo es un cáncer para el fútbol, el deporte, el espectáculo y no sé cuantas cosas mas. Algo debió pasar por su cabeza en su etapa con Robson en el Barça. No es de una persona cuerda albergar tanto odio y resentimiento. Es la violencia personificada, tanto verbal, como física, como de actitud ante el público. Es un gran entrenador, no cabe duda, ha conseguido que el Madrid se acerque al Barça, pero ¿ha que precio?
Inocula la violencia a todos sus pupilos. Marcelo y Pepe son dos "cabezas rapadas" con un uniforme de jugador.
Y de paso se carga nuestra selección, de forma totalmente consciente e intencionada, este tipo no da puntada sin hilo. La mal llamada "roja" era un grupo de buenos amigos que se conocen desde la adolescencia.
Es un mal ejemplo, sobra ver esto en la TV. Sobra violencia en nuestra sociedad y este echa gasolina al fuego. El fin no justifica los medios.
Por último, tengo dos amigos del Madrid. Uno joven que gracias a este tipo, ha radicalizado sus posturas y le ha "contagiado" para lo malo. Y otro una persona mucho mayor que conoció de primera mano un club señor que era ejemplo de cosas buenas y deportividad. Como no puede ser menos, está horrorizado.
"Mou", vete pronto con tus millones y deja de ensuciar el mundo.

Ramonet dijo...

Perdón por el " ¿Ha que precio?" Me sobra una hache y no se puede corregir el comentario. ¡Mou, tu eres el culpable también! Je, je.

Christian Aguilera dijo...

Gracias, Jordi, me pasaré por tu Facebook.
Hola Ramón. Robson era otro "gentleman" que por desgracia nos dejó hace poco. Creo que lo de Mourinho arranca de más lejos, antes que estuviera de segundo con Robson. Pero si que es cierto que parece haberse obcecado con el Barça. Gracias por tu participación.
Jesús, no te falta razón, en ese paquete de responsabilidades, parte de los aficionado al fútbol que acuden al Bernabeu se pliegan a esta vorágine de locura, idolatrando a un individuo de perfil, en lo personal, más que bajo subterráneo. Como entrenador, huelga decir que es de los mejores.
Gràcies, amic.