
Existe vida después del cine. Muchos me vinculan a este campo. Este blog está dedicado a mis otros intereses: hablaré de música, literatura, ciencia, arte en general, deportes, política o cuestiones que competen al día a día. El nombre del blog remite al nombre que figura en mi primera novela, "El enigma Haldane", publicada en mayo de 2011.
viernes, 25 de diciembre de 2009
EL ORIGEN DE... LAS EXTRAÑAS ENFERMEDADES DE CHARLES DARWIN

sábado, 19 de diciembre de 2009
LAS DOS «CARAS» DE IGNASI GUARDANS: APRENDIZ DE MAQUIAVELO

Destapado el «caso Millet» en julio del año que está a punto de tocar a su fin, han arreaciado las críticas en torno a la falta de mecanismos de control que han hecho posible que el ex mandamás del Palau de la Música desviara unos veintitrés de millones de euros —aunque podrían ser una cantidad sustancilamente superior—, con la complicidad de su brazo derecho Jordi Montull y con un más que presumible entramado de familiares y empleados que, a fecha de hoy, han escapado las garras de la justicia, sin que patronatos, organismos financieros reguladores y demás detectaran tantas irregularidades sostenidas a lo largo de una treintena de años. De todo ello se derivaría la escasa capacidad de un organismo llamado Sindicatura de comptes, que no tenía ni tiene potestad sancionadora. Pero visto lo visto, la regeneración de las instituciones políticas y financieras de Catalunya pasa por sacar a la luz aquellos casos que se trataron de ocultar en su día por parte de una clase política con derivaciones hacia el sector empresarial, indistintamente relativas a la empresa privada o la pública. Es por ello que aquellos informes no vinculantes emitidos por la Sindicatura de Comptes que habían quedado sobreseídos por razones espúreas, han visto como de un tiempo a esta parte cobraban una nueva vida para evitar que la sombra de sospecha se cerniera nuevamente sobre empresas o estamentos conectados con la clase política dirigente o a la sombra de ésta. A tal efecto, recientemente se ha conocido el detalle, por parte de la Sindicatura de Comptes, de la existencia de créditos fallidos en la cuenta de resultados de la empresa Lauren Films. La Fiscalía de Catalunya, con la mosca tras la oreja, después de las dimensiones, a distintos niveles, que ha tenido la estafa del señor (sic) Félix Millet y de sus acólitos, ha preferido, en lugar de mirar para otro lado, encargarse de investigar el destino de quince millones de euros en concepto de créditos que se dieron a susodicha empresa y que, a fecha de hoy, no han sido retornados. L’Institut Català de Finances (ICF) aportó parte de estos quince millones de euros, cuyo destino parece ser una incógnita porque Lauren Films, de hecho, se declaró en suspensión de pagos hace años, cediendo su gestión antes de su cierre (sino definitivo, prácticamente lo sería) a una comisión en la que operaba Ignasi Guardans, a instancias de Convergència i Unió, el partido que gobernaba Catalunya por aquel entonces. Antoni Llorens, ex consejero delegado de Lauren Films, ha arremetido estos días contra Ignasi Guardans, quien ocupa actualmente el cargo de Director General de Cinematografía de España, al que sitúa en el disparadero por haber provocado la caída de Lauren Films. Llorenç sabe que miente, o dice una verdad a medias; fue su megalomanía que le llevó al ocaso, pero también tendrá que rendir cuentas Ignasi Guardans por la responsabilidad que se derivaría de su gestión temporal al frente de Lauren Films, así como su desvinculación de Convergència i Unió (aunque no desde el plano de militancia) después de ser substituido como eurodiputado para disgusto del primero. Personaje oscuro y vitriólico donde los haya, Ignasi Guardans, en los meses que lleva en su nuevo cargo le ha faltado tiempo para promover la candidatura de su hermano Francesc Guardans para la dirección del Consell Nacional de Cultura i Arts (ConCa), organismo vinculado a la Generalitat de Catalunya. Por si fuera poco, Francesc Guardans había sido consejero delegado de Lauren Films. Convergència i unió, al conocerse la voluntad de la Fiscalía del Estado para investigar a fondo todo lo acontecido con Lauren Films en su fase (casi) terminal, moverá todos los hilos posible para evitar que les afecte en demasía y, si acaso, intuyo, Ignasi Guardans se situará en el ojo del huracán de una polémica en la que algunos tienen mucho que perder y poco que ganar, pero asimismo a la inversa. Bien lo sabe Antoni Llorens, cuya venganza está servida, sabiendo que contará con esa red de internautas dispuestos a crucificar al ideólogo de la Ley contra de la piratería que lleva el nombre (que no lá rúbrica) de Ángeles González Sinde. Mal compañero de viaje se ha buscado la Ministra de Cultura por su paso, más bien fugaz —la cuenta atrás ya ha empezado para ella—, por la alta admnistración pública del estado, y que anuncia, como lo que había ocurrido hace más de un lustro con Llorens, otro ocaso... el de una carrera cinematográfica, al menos, detrás de las cámaras. Su tumba artística ha sido la entrada en la gestión política rodeándose de personajes como Ignasi Guardans que suelen navegar entre dos aguas en mares amenazados por turbulencias político-financieras.
sábado, 12 de diciembre de 2009
UN NOBEL PARA UN NOVEL

Desde mi prisma, tamaña afrenta no hace más que poner en entredicho unos premios que ya tenían un poso de sospecha desde el momento de su creación, a la muerte de Alfred Nobel, quien había amasado unas ganancias descomunales al albur de la patente y comercialización de diversos inventos, algunos de los cuales tendrían utilidad en el terreno militar. La cuadratura del círculo estaba servida. Pero es bien sabido y documentado que célebres inventores o científicos que, en su momento, gracias a sus privilegiadas mentes habían confeccionado artilugios u otros hallazgos con fines que tuvieron otras aplicaciones por las que se idearon, mantuvieron en vida un sentimiento de autoinculpación. La Segunda Guerra Mundial produjo un alud de casos de físicos, químicos e ingenieros que, después de trabajar para la industria armamentística en sus respectivos países —aunque también serviría de moneda de cambio para trabajar al servicio del mejor postor—, luego entonarían el mea culpa y se dedicaron a cantar las bondades de la paz dando conferencias y/o simplemente abandonando sus plazas en universidades o escuelas. Ilustrativa al respecto fue la ejecutoria de Robert Oppenheimer, el padre del «Proyecto Manhattan», que se revelaría antesala para lo que estaría por llegar un fatídico día de agosto de 1945 con el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Iroshima y Nagasaki. Al cabo de unas semanas, Japón firmaría el armisticio que precipitaría el fin de la Segunda Guerra Mundial, toda vez que el ejército nazi había entrado en vía muerta y se batía en retirada en diversas plazas del mundo. Digamos que, a partir de entonces, en las universidades de todo el mundo se dio una suerte de «objeción de conciencia» que se tradujo en que el número de estudiantes matriculados en Física, Química o determinadas ingenierías caería en picado. Un descenso, empero, no lo suficientemente pronunciado para que durante la Guerra Fría se colocara en un brete a los comités de selección de los Nobel, quienes siguiendo las directrices de su fundador, había colegido otorgar premios en algunas disciplinas del ámbito científico, a saber, las de Fisiología, Medicina, Física y Química. Intuyo que determinadas arbitrariedades se han podido dar en estos campos, pero la que se lleva la palma, sin duda, es la del Nobel de la Paz. Repasando la nómina de los premiados en esta apartado debería sonrojar a más de uno del comité de selección para escarnio de la humanidad que ha visto levantar con la diestra o la siniestra la caja que contiene la imagen circular de tonos cobrizos del inventor sueco a Henry Kissinger o Yasser Arafat por citar algunos ejemplos de infuasto recuerdo. Pero ya se sabe que los designios del alma humana son insondables y más si cabe en el ánimo de un comité institucional, a rebujo de la crème de la crème de la sociedad escandinava —con el eje Estocolmo-Oslo por bandera—, que se despacha a gusto cada x años al otorgar la bendición urbi et orbe a una distinguida personalidad, en especial del mundo de la política. Cuando Obama —por quien dicho sea de paso, profeso una notable admiración: razones para ello no faltan— se preste dentro de unas semanas a hacer el saludo militar y acompañar en el sentimiento... patriótico a otra legión de soldados con pasaporte a Afganistán veremos cuantos de los miembros de ese comité se esconden bajo las faldas de esas mesas donde reposaban manjares para ser degustados por príncipes, princesas y dirigentes de medio mundo que asistían a la cena en honor del actual Presidente de los Estados Unidos de América.
sábado, 5 de diciembre de 2009
«EL CLUB DE LOS SUICIDAS»: HIJOS DE «DIOSES» MENORES

Etiquetas:
DAN AILEY,
DAN DAILEY III,
DIANA BARRYMORE,
ETHEL BARRYMORE,
GREGORY PECK,
JENNY ARNESS,
JOANNE WOODWARD,
JOHN BARRYMORE,
JONATHAN PECK,
LIONEL BARRYMORE,
PAUL NEWMAN,
ROBERT LOUIS STEVENSON
Suscribirse a:
Entradas (Atom)