En el
año 2000 el sello Anagrama publicó El
secreto de Joe Gould dentro de su colección «Panorama de narrativas» para
posteriormente volver a publicarlo en otra colección de la editorial
barcelonesa, «Otra vuelta de tuerca». En el amanecer del nuevo
milenio muchos lectores hispanohablantes repararon por primera vez en el nombre
de su autor, Joseph Mitchell (1908-1996), dado que su carrera profesional había
quedado ligada al periodismo de la costa Este de los Estados Unidos, siendo una
de las voces más influyentes del The New Yorker, cuna de numerosos
escritores que velaron sus primeras armas en la prestigiosa publicación con
sede en la «Ciudad de los Rascacielos». Aunque nacido en North
Caroline, Joseph Quincy Mitchell se trasladó a vivir a Nueva York a los veinte
años, haciendo fortuna en el espacio del periodismo donde, al cabo, sería
saludado conforme a un maestro de periodistas con veleidades de escritores de
novelas, relatos o cuentos. Casi un cuarto de siglo después de aquella
publicación que vino acompañada del eco del estreno de su adaptación
cinematográfica homónima –cuya puesta de largo en salas comerciales de nuestro
país sufrió un retraso de tres años con el atentado a las Torres Gemelas de por
medio— con dirección, producción e interpretación a cargo de Stanley Tucci,
Anagrama nos ofrece en idéntica colección una recopilación de «Perfiles» escritos por Mitchell bajo
el genérico El fondo del puerto,
precisamente el título de una de las seis piezas que conforman una obra
reveladora del talento narrativo de su autor. Un sexteto de relatos —«En el
viejo hotel», «En el
fondo del puerto», «Treinta
y dos ratas de Casablanca», «La
tumba del señor Hunter», «Patrón
de arrastre», «Los
ribereños»— que levantan acta de la
calidad de unos textos habitados de una prosa cuidada, nada embarrada con figuras retóricas y curtida en su prospección por un
realismo que tuvo en el puerto de Nueva York uno de los lugares que Mitchell
frecuentaba con mayor asiduidad de la Megalópolis neoyorquina. El suyo, pues,
no es un lenguaje impostado sino que nace del conocimiento (y aprecio) por la
gente que operaba en la zona portuaria de Nueva York en un periodo de una
quincena de años, los que recorren desde 1944 hasta 1959. La inmigración, la
soledad, el compañerismo, el choque cultural, el racismo… forman parte de las
temáticas que subyacen en los textos de Joseph Mitchell, abanderado de los
reportajes periodísticos en la costa Este escritos con precisión y detallismo
que, gracias al sello Anagrama podemos degustar en El secreto de Joe Gould y El
fondo del puerto, sendas obras indispensables para entender el valor de
Joseph Mitchell en el contexto de la realidad de Nueva York en el segundo tercio
del siglo XX, entre cuyos lectores de la pasada centuria figurarían Paul
Auster, Norman Mailer o Robert Penn Warren, algunos de los cuales figuras
señeras dentro de una colección, la de «Panorama
de narrativas» que en la primavera de
2023 alcanza los mil cien títulos. El de Joseph Mitchell que nos acerca a esta
impresionante cifra hubiese podido ser titulada Panorama desde el puente… con
permiso de Arthur Hiller, otro de los escritores que tuvo en sus oraciones al cronista nacido en la dulce Carolina del Norte pero con
domicilio en Nueva York desde el día siguiente al fatídico martes negro de 1929
que situó a los Estados Unidos en el frontispicio de una crisis económica sin
precedentes en su Historia. Rescoldos de
la misma quedan patentes al correr de las páginas de este soberbio El fondo del puerto.
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