Cuando
aún cursaba estudios de Ciencias Biológicas, a principios de los años noventa, tuve
conocimiento por primera vez del nombre del británico Oliver Sacks (1933-2015) merced a una producción cinematográfica
llamada Despertares (1991) para su
estreno en salas comerciales de nuestro país. Convertido en una eminencia en el
campo de la neurología, la trayectoria profesional del doctor Oliver Sacks —artífice asimismo del libro
que dio lugar a la historia coprotagonizada por Robert De Niro y Robin
Williams— no pasó inadvertida para Lawrence Weschler (n. 1952), otra mente
privilegiada capaz de desenvolverse en numerosos campos del conocimiento para
el que el término «erudito» se puede quedar corto. De
entre su veintena de libros publicados a fecha de hoy encontramos And How
Are You, Dr. Sacks?: A Biographical Memoir of Oliver Sacks (2019),
elaborado a partir de las entrevistas que el joven Weschler realizó al
neurólogo inglés en su condición de reportero a sueldo del “New Yorker”. En buena lid, la
exploración de los mecanismos que regulan el comportamiento de nuestro cerebro
a cargo de Sacks con algunos hallazgos ciertamente osados para su época, fascinaron
sobremanera a Lawrence Weschler. De ahí que el escritor, editor, profesor
universitario y enciclopedista, entre otras ocupaciones (sería demasiado
prolijo citarlas todas), conociendo este antecedente, no sorprenda con la pieza
que abre El gabinete de las Maravillas de Mr. Wilson
(1995), una obra entronizada por diversos círculos con pedigrí de la crítica
literaria norteamericana y nominada al premio Pulitzer en ese periodo
finisecular. De tal suerte, el dibujo (podríamos colegir a escala real) de la
hormiga hedionda de Camerún (Megaloponera
foetens) encabeza el «enunciado» de la primera parte de El gabinete de las Maravillas de Mr. Wilson,
en que el neurofisiólogo Geoffrey
Sonnabend representa el primer nombre propio de un volumen de composición
un tanto laberíntica, imbricando temas, conceptos y autorías que apuntan en distintas dirección y que, por
consiguiente, se agradecen unas notas (aclaratorias) al concluir su corpus narrativo. En cierta medida, El gabinete de las Maravillas de Mr. Wilson conecta
con las obras de cariz naturalista —enfocadas sobre todo a las
nuevas y potenciales generaciones de lectores— publicadas por Impedimenta, en esa búsqueda incesante
por parte del sello madrileño a la hora de articular un catálogo vitaminado de
autores foráneos susceptibles de ser reivindicados y/o de darse a conocer en
lengua castellana. En 2000 hubo una primera tentativa por parte de Seix Barral al publicar Boggs: La comedia del dinero, otro volumen
con la rúbrica de Weschler de carácter biográfico, esta vez sobre la figura de J(ames) S(tephen) G(eorge) Boggs
(1955-2017), artista autor de los dibujos de los billetes de curso legal. Tras
un hiato de veintidós años otro sello español publica El gabinete de las Maravillas de Mr. Wilson, encuadrada dentro de
la colección bautizada por su propio autor «Passions and Wonders Series». Queda, pues, mucho camino
por recorrer para conocer el contenido y el «continente» de un erudito elevado a la
enésima potencia llamado Lawrence Weschler.
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