sábado, 30 de abril de 2022

«KURT VONNEGUT A TRAVÉS DEL TIEMPO» (2021), de Robert B. Weide: TRIBUTO AL CENTENARIO DE UN LEGENDARIO ESCRITOR-HUMANISTA

 

Fiel lector de Kurt Vonnegut Jr. (1922-2007) desde mi etapa universitaria, en el año que se cumple el centenario de su natalicio he regresado sobre la pista del escritor de Indianápolis merced al documental visto en la plataforma de Filmin Kurt Vonnegut a través del tiempo (Unstruck in Time (2021), escrito, producido y dirigido por Robert D. Weide (n. 1959). En realidad, Weide (guionista de la nada desdeñable adaptación cinematográfica de Madre noche protagonizada por Nick Nolte) tardó casi cuarenta años para que cristalizara un documental a mayor gloria de Vonnegut si nos atenemos al contenido explicativo que podemos escuchar al inicio de este largometraje por boca del propio cineasta. Sin lugar a dudas, el paso del tiempo ha jugado a favor para que el sueño de Weide fuese cumplido al haber recopilado un material audiovisual que, a los ojos de los admiradores de Vonnegut, se releva un tesoro de incalculable valor historiográfico, a la par que sentimental. Lejos de mostrarse impaciente para que viera la luz el proyecto lo antes posible, Vonnegut se mostró considerado para con el desempeño de Weide, quien revela a cámara la deuda contraída para con una de sus profesoras de la universidad cuando dio a leer a los alumnos de su clase El desayuno de los campeones (1971), una propuesta literaria hija de su tiempo, el de una «contracultura» que arraigaba con fuerza en los campus universitarios de los Estados Unidos. Una vez fallecido Vonnegut a los ochenta y cuatro años de edad, Weide sopesó la forma cómo encarar la estructura definitiva del documental, llegando a la conclusión que el mejor tributo posible pasaba inexorablemente por practicar el ejercicio de la heterodoxia, de lo subversivo. Con arreglo a semejante perspectiva, el cineasta norteamericano se autoconcedió un protagonismo (un aspecto que contradice la propia esencia del documentalista) que persigue, entre otras consideraciones, dimensionar el carácter humanista de Vonnegut Jr., con quien llegó a trabar una profunda amistad. En esta tesitura, se revela especialmente emotivo el pasaje en que Weide relata la muerte de la hermana mayor de Kurt, Alice Vonnegut, un par de días después de conocer el fatal desenlace del marido de ésta en un accidente que sesgó decenas de vidas. En un gesto que habla por sí solo de la bondad de Kurt Vonnegut y de su primera esposa, acogieron a los cuatro hijos huérfanos de la finada pareja en su refugio de Cap Cod. Casi por arte de magia, los cuatro vástagos de Alice Vonnegut aparecen sentados en un sofá uno al lado del otro, explicando sus respectivas experiencias en aquel santuario que todo escritor aspira a tener, pero con el hándicap de ver merodear a diario a siete muchachos o niños a su alrededor. Con todo, Kurt Vonnegut cosechó sus años de mayor flujo creativo, dejando constancia de ello la publicación de algunas de sus obras literarias más (re)conocidas a escala internacional, siendo Matadero Cinco (1969) la punta de lanza que le situó entre los escritores más venerados para toda una generación de jóvenes que vieron en el texto del autor oriundo de Indianápolis una lúcida metáfora sobre el absurdo de la guerra. Por edad a Vonnegut le correspondió participar activamente en la Segunda Guerra Mundial, como así fue. De aquella experiencia extrajo la arcilla con la que dar forma a su escultural novela, capaz de seducir a diversas generaciones a través de un sentido del humor que le serviría de «antídoto» para no sucumbir al hundimiento personal al haber asistido in situ al bombardeo de Dresden que dejó a la ciudad germana prácticamente borrada del mapa. Aquel episodio devastador le acompañaría de por vida, pero Vonnegut suposo hacer de la necesidad virtud con unas decenas de novelas que lucen alineadas, en el caso de Weide, conforme a joyas en las estanterías de su despacho. Allí donde el cineasta pasaría ingentes horas revisando material proveniente de distintas fuentes, pero sobre todo de una familia con mención especial para su hermano mayor Bernard (una eminencia en el estudio de la climatología y el responsable de introducirlo en el imperio de la General Electric) y sus dos hijas Nanny y Edie— entregada a preservar la memoria de un legado humano más allá de una obra concebida para ser (re)leída y asimilada como parte de nuestra enseñanza vital salpimentada de un humor que puede llegar a provocar una risa contagiosa.