Coincidiendo en el tiempo con la apuesta de Gonzalo Heralde por crear el
sello barcelonés Anagrama, en 1969 su homóloga Booker McConnell Ltd quiso dar
carta de naturaleza a unos premios literarios que, al cabo, siguen siendo uno
de los más prestigiosos en el ámbito cultural europeo. A lo largo de su medio
siglo de historia los Booker Awards —ya desposeído del anexo McConnell— han
contabilizado entre sus obras distinguidas con auténticos longsellers, caso de En la
orilla (1979), de Penelope Fitzgerald —publicado por primera vez en lengua
castellana por Impedimenta—, La lista de
Schindler (1981) de Thomas Kenneally, El
paciente inglés (1991) de Michael Ondaatje, Los naufragios del día (1989) de Kazuo Ishiguro, Amsterdam (1997) de Ian McEwan o El sentido de un final (2010) de Julian
Barnes, estas tres últimas publicadas en la lengua de Dámaso Alonso precisamente
por parte de Anagrama. A tres años vista de que se cumpliera el 50 aniversario
de los Booker Awards, por primera vez la obra de un escritor escocés —Graeme Macrae
Burnet (n. 1967)— parecía en disposición de conquistar la preciada distinción, pero a la
postre fue a parar a manos del estadounidense Paul Beatty por su novela
satírica The Sellout (2015). Una
pieza literaria situada en la órbita del planeta Kurt Vonnegut Jr. mientras que la
obra con la que «rivalizaba» en los Booker Awards persigue
un fundamento literario indefectiblemente adscrito a la seminal A sangre fría (1965) de Truman Capote. Sendas
piezas finalistas, eso sí, desarrollan parte de su narración en estamentos
judiciales; mientras que The Sellout
persigue una orientación satírica —el personaje central del relato llamado «Me» se enfrenta a los
Estados Unidos de América (sic) en un caso que reabre el tema de la esclavitud
y la segregación racial—, Un plan
sangriento (2015) reserva su parte final para reproducir el diario de sesiones de
un juicio sumarísimo que sienta en el banquillo a Roderick John Macrae acusado
de un triple asesinato. El ardid de Grame Macrae Burnet estriba en vestir de realidad un relato que recorre
el territorio de la ficción sin que el lector se aperciba de ello dada la
minuciosidad y el rigor con el que se procura el escritor afincado en Glasgow
durante hace varios años. Tomando como «centro de operaciones» la segunda ciudad de
Escocia, Macrae iría cimentando ese falso relato empleando las herramientos
propias de quien se sabe (auto)embestido heredero literario de In Cold Blood, una novela bautizada en
su momento con el apelativo de «no-ficción». Así pues, los Clutter ceden el testigo a los McKenzie, concretamente a tres miembros de una familia de
la aldea de Culduie —situado en un rincón del condado de Ross-shire, en las
Tierras Altas de Escocia— asesinados a manos de un joven de diecisiete años de
edad, Roderick John Maccrea el 10 de agosto de 1869. Noventa años después de lo "acontecido" en Escocia se produjo el cuádruple asesinato de miembros de la familia de los
Clutter, registrado en una localidad del estado de Kansas a mediados del siglo
XX. Los ejecutores de asesinatos de estas características en pocas ocasiones quedan liberados de cumplir
su condena en un recinto penitenciario al serles diagnosticado un trastorno
mental que debe ser verificado por médicos especialistas en sede judicial. No
sería el caso de Roderick Macrae, quien pese a no llegar a la mayoría de edad exhibe una madurez
en su comportamiento y un intelecto —aquel capaz de escribir con una excelente
calidad literaria su propio relato en forma de diario personal que cubre buena
parte del contenido del libro publicado por Impedimenta con traducción a cargo
de Alicia Frieyro— que lo alejan de ser catalogado de sufrir «trastorno o desequilibro
psíquico». Una vez vista para
sentencia el caso Roderick Macrae, el asesino múltiple confeso busca abrigo en
una celda de reducidas dimensiones, a la espera de ser ejecutado. Una vez más,
pues, se refuerzan los paralelismos para con A sangre fría, la novela que a buen seguro Graeme Macrae Burnet
tuvo en la mesilla de noche, junto a numerosos ensayos historiográficos sobre
las Tierras Altas de Escocia y piezas literarias prestas a recomponer el mosaico
de una época y de un lugar remoto —en una visión propia de un mundo feudal del
que una de las víctimas, Lachlan McKenzie, ejercía de autoridad local con ciertas dosis
de tiranía. Todo ello le valió para conformar su segunda novela, aquella capaz
de apuntalar una trayectoria en calidad de escritor que se adivina se adivina
sembrada de éxitos por el dominio del lenguaje del que hace gala, su proverbial
capacidad descriptiva y un sentido del ritmo narrativo que nos atrapa desde la
primera hasta la última página. Casi cuatrocientas páginas de alta literatura
que no desentona en modo alguno en el catálogo de un sello editorial que parece
imparable a la hora de descubrirnos nuevos autores.
Existe vida después del cine. Muchos me vinculan a este campo. Este blog está dedicado a mis otros intereses: hablaré de música, literatura, ciencia, arte en general, deportes, política o cuestiones que competen al día a día. El nombre del blog remite al nombre que figura en mi primera novela, "El enigma Haldane", publicada en mayo de 2011.
viernes, 4 de octubre de 2019
«UN PLAN SANGRIENTO» (2015) de Graeme Macrae Burnet: LA TRAGEDIA DE CULDUIE
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