viernes, 15 de enero de 2021

«REINAS DEL ABISMO: Cuentos fantasmales de las maestras de lo inquietante»: (RE)DESCUBRIENDO AUTORAS A LA LUZ DE LAS VELAS

 

Cubiertos trece años desde que Impedimenta echara a andar, entre los múltiples aciertos que han llevado a distinguir al sello madrileño conforme a una de las mejores editoriales de nuestro país cabe resaltar la inquebrantable voluntad de sacar del ostracismo a escritoras de distintas épocas y latitudes. De ahí que proliferen las publicaciones en Impedimenta con acento femenino, consagrando incluso una suerte de trilogía --Damas oscuras (2017), Damas asesinas (2019), Reinas del abismo (2020)— que penetra en los intersticios del mundo del terror, de la fantaciencia y/o de lo onírico, por lo general, «patrimonializado» por hombres. Para la última entrega de esta serie de publicaciones en tapa dura Impedimenta nos invita a descubrir un total de dieciséis relatos –en la mayoría de los casos no superan la veintena de páginas— a la luz de las velas que iluminan textos inéditos en lengua castellana elaborados por otras tantas escritoras. Mérito del editor e historiador Mike Ashley (el firmante de una esclarecedora introducción) ha sido seleccionar más de una quincena de relatos que recorren una amplia paleta de temas vinculados al infinito espectro de lo fantástico, publicadas en primera instancia en lengua inglesa y fechadas entre 1888 —el correspondiente a Una revelación de Mary Elizabeth Braddon (1835-1925)— y mediados del siglo pasado —La isla de las manos (1952) de Margaret St. Clair (1911-1995) y Los indeseados (1952) de Mary Elizabeth Counselman (1911-1995)—. A modo de antesala de la lectura de cada uno de los cuentos la presente edición habilita una o dos páginas para la semblanza de esas «Reinas del abismo» cuyas existencias, por regla general, estuvieron marcadas por las penurias económicas, chocando frente a ese muro levantado por una sociedad que procesaba la literatura pergeñada por mujeres en un escalafón inferior a la de los varones. Por fortuna, con el correr de los años esta mentalidad forma parte de unas dinámicas ligadas a un pasado (ya lejano) en que algunas mujeres se sintieron impelidas a utilizar seudónimos masculinos para que sus escritos cursaran en la modalidad de capítulos por entregas que vieron la luz en periódicos o revistas, o encontraran acomodo en formato libro. Con todo, varias de las escritoras representadas en esta antología editada de manera impecable por Impedimenta cosecharon un considerable prestigio en su época, caso de Alicia Ramsey (1864-1933), quien compaginó la elaboración de novelas --por regla general, de corte romántico— con la redacción de guiones cinematográficos durante la década de los veinte. A las puertas de la que sería la última década del cine silente, Ramsey dio carta de naturaleza al cuento Una circe moderna (1919), cuya protagonista aparece conforme a una reminiscencia de la Katia del relato de Gogol La máscara del demonio, rodeada de dobermans. Para esta historia que transcurre en Florencia la escritora británica abraza lo sobrenatural merced, entre otros elementos, a la transformación de hombres a perros, en línea con el abordaje sobre el tema de la licantropía que frecuentaron algunas de sus colegas coetáneas y otras pertenecientes a generaciones posteriores, como Jessie Douglas Kerruish (1884-1949), representada con su texto La melodía maravillosa (1931), paradójicamente una historia que pivota sobre la música escrito por una mujer sorda. Al año siguiente de la publicación en inglés de La melodía maravillosa, Kerruish firmó el relato The Undying Monster (1932) con el que se la asociaría a partir de entonces, sobre todo tras la adaptación cinematográfica homónima dirigida por John Brahm en 1942. El mismo cineasta adscrito al fantastique y al terror puso su rúbrica tras las cámaras en esa misma década en Jack el destripador (1944), cuya historia original –El huésped (1913)-- se debe a Marie Belloc Lowndes (1868-1947). A modo de pincelada de su talento para la escritura Reinas del abismo nos permite sumergirnos en su fértil imaginación a través del cuento El piso encantado (1920). Casada con el periodista y redactor del Times Frederick Lowndes y hermana del también escritor Hilaire Belloc, Marie Belloc cultivó el género de las entrevistas sobre todo en la última década del siglo XIX, contabilizando en las mismas a Frances Hodgson Burnett (1849-1924), firmante de una novela —El pequeño Lord (1886)— que hizo fortuna en el celuloide y aún pendiente de brindar un relato —El jardín secreto (1911)— que aún a día sigue siendo representado en el medio audiovisual.  Encarando la recta final de su existencia Hodgson Burnett acomodó un relato, Una navidad en la niebla (1915), que puede ser degustado al correr de las páginas de una antología que ha precisado de una batería de traductores de primer nivel para capturar la riqueza de matices que albergan los textos originales en inglés. Semejante esfuerzo ha tenido su recompensa a la hora de amueblar una excepcional antología compuesta por dieciséis historias cuyo broche final lo coloca el cuento El séptimo caballo (1943) de indudable aroma surrealista provisionado por Leonora Carrington (1917-2011), la única de esas Reinas del abismo que ha transitado por el siglo XXI, la centuria presta a (rei)vindicar la labor de un número ingente de escritoras de otras épocas gracias a propósitos tan loables como las de Impedimenta.  

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