Doce de la madrugada. Una jornada completa y antes de conciliar el sueño trato de recabar información sobre ese nuevo juguete roto que se anuncia en la persona de la atleta palentina Marta Domínguez. Ese resentimiento acumulado por su ex entrenador aflora en forma de velada crítica, de silencio delator de que Domínguez quizás, solo quizás... no había caído en las mejores manos... Minutos después de la medianoche el sueño se apodera de un servidor pensando que esa jornada había creído reconocer al genio de las ondas abriendo su programa Súper García en la hora Cero confesando que un par de horas antes había podido hablar con Marta Domínguez y que estaba anímicamente destrozada, pero con las fuerzas necesarias para declarar ante la Guardia Civil sobre la verdad de lo ocurrido en torno a su supuesta imputación de formar parte de una trama de dopaje. La verdad, ese vocablo inviolable para José María García (1944, Madrid, capital de Asturias) que en tantas ocasiones le colocarían en el disparadero de las amistades. Esos cinco minutos de partida en que García respiraba hondo y se tomaba el termométro a sí mismo para medir sus palabras desde la sinceridad, sin casarse con nadie. La carnaza mediática ya estaba servida en forma de esa atleta con fragancia de longeva ganadora que caía del pedestal, pero García no incurría en esa trampa fácil. No había exculpación para Domínguez si no la voluntad de quedarse con la persona, aquel ángel caído a la que los aplausos se la tornaban dardos. Vencidos esos minutos preliminares, García se interrogaría sobre esos culpables sin rostro, del por qué tras lo acontecido con la «Operación Puerto» individuos del pelaje de Eufemiano Fuentes seguían gozando de licencia para ejercer la medicina deportiva (sic). Otro pilar del estado de derecho de nuestro bendito país que sufre de aluminosis en forma de esa parte de la justicia que vende su alma el diablo... El diablo llamado Eufemiano Fuentes, mente descerebrada capaz de situarse detrás del mostrador para prescribir sustancias dopantes para aquellos que quieren seguir siendo lo que fueron. El machacarse como un loco ya no compensa cuando se ha llegado a la cima. Mantenerse toca cuando todo son parabienes, y esos gimnasios cutres han mudado en forma de pequeños palacios recubiertos de espejos para proyectar un ego que no descansa. García principia el sentido de la lògica, abre interrogantes, nos muestra su pesar, su dolor porque una vez más la cuerda se ha roto por el lado más débil, el de los deportistas, lo que de verdad vale la pena del deporte, repite una y otra vez. Ante esa oleada de lamentaciones, de confesiones varias y aportaciones en directo de algún que otro atleta y entrenador, media docena de temas han quedado fuera de cobertura en esa jornada dictada por una noticia que ha levantado la liebre de la sospecha, again, sobre el atletismo español.. García nos envía a la cama a eso de la una y media de la madrugada. Me despierto y un par de días después recibo un correo electrónico que me redirecciona hacia las reflexiones de José María García para El món a RAC 1, el programa pilotado por Jordi Basté. Me aprendí el cancionero de José María García allá por los años ochenta y al volver a escucharlo, completando las frases como si de un acto reflejo se tratara: el halago... debilita... no siento rencor... por nadie... Valdano no es un poeta... es un rapsoda... Esta radio del siglo XXI cuando cruza el umbral de la medianoche lleva años huérfana de ese hombre que cantaba las verdades del barquero... Eché en falta a García en ese primer día que la «Operación Galgo» saltó por encima de los mitos deportivos y depositaría sobre el tartán un ramo de flores por los atletas caídos en acto de disidencia con el juego limpio. La grandeza de García ha vuelto a zumbar mis oidos horas después de haber clamado entre sueños su concurso en ese día marcado en rojo por la Benemérita de Palencia. La grandeza de un genio de una personalidad arrolladora, que libró hace años la batalla contra el cáncer y de la que salió airoso. Bendito seas por haber ganado tantos pulsos a la vida y no haber faltado a tu compromiso con la verdad.
Enlace a la audición del programa El món de RAC-1 donde se escucha al maestro José María García:
PD: Gràcies amic Jordi M. Hi ha quaranta una raons per tornar a escoltar en Garcia pels vols de la mitjanit...
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